viernes, 16 de diciembre de 2016

Carta para ese amigo al que ya no puedo ver

A pesar de todo, te echo de menos.
Fue elección mía, tenía que sacarte de mi vida aunque no fuese a resultar nada fácil. El feminismo es una bendición y una lacra, porque una vez empiezas a ser consciente de todo, tu forma de ver y vivir la vida cambian y no hay marcha atrás. No me malinterpretes, el feminismo es de lo mejor que me ha pasado. Pero trae consigo una serie de cosas. Entre ellas, dejarte ir. Por mi bien.

Esto ya pasó hace dos años, ¿recuerdas? Éramos mejores amigas y las cosas cambiaron. Tus manos cada vez pasaban más tiempo en mis piernas aunque yo no quería. No me hizo falta el feminismo entonces para saber que esto me incomodaba, pero sí necesité mucho valor para hacértelo saber a ti.
Y para qué. Me tildaste de loca, exagerada.
, el chaval ejemplar y bueno.
Yo, la desesperada que intentaba buscar un poco de atención viendo cosas que 'no eran ciertas'.
Así quedó todo de puertas para afuera.

No sé por qué te perdoné.
Supongo que acabé confiando más en tu criterio que en el mío.
Supongo que te quería demasiado a pesar de todo como para dejarte ir sin más, 'por un malentendido'.

Ahora ha vuelto a pasar. Lo has vuelto a hacer.
Pero esta vez es diferente. Estoy más formada, soy más consciente.
No estoy loca, lo sé. Tus tretas para retenerme y pasar tu boca por mi cuello a pesar de mi rechazo no te van a volver a funcionar.
No, porque no vas a volver a verme.

Dices no saber el por qué de mi distanciamiento. No te preocupes, tienes toda una vida por delante para pensarlo. Porque, si hay algo que me de más miedo que volver a sentirme acosada, es volver a sentirme humillada. Que vuelvas a reírte de mi miedo, a menospreciarlo e incluso a negarlo. Que se lo cuentes a toda aquella persona que nos conoce. Que tengas un poder sobre mí que no puedo controlar.

Así que, esta vez, mi adiós es silencioso pero sincero.
Quizá así reflexiones. Ahora el control lo tengo yo y no me da pena.
Te quiero, créeme, pero he aprendido a quererme a mí también.